Bella
Dirección: Alejandro Monteverde . País: USA y México. Año: 2006. Duración: 93 min. Género: Drama. Interpretación: Eduardo Verástegui (José), Tammy Blanchard (Nina), Manny Perez (Manny), Ali Landry (Celia), Angélica Aragón (madre), Jaime Tirelli (padre), Ramón Rodríguez (Eduardo), Lukas Behnken (Johannes).
No entiendo por qué hay que ser políticamente correctos en el cine (o en cualquier manifestación artística). Hay muchas películas que muestran una dramática situación o una sórdida historia y su «mensaje» o el camino que toman los protagonistas es el aborto. Perfecto. Es una visión de la vida o es la solución que ha querido dar el cineasta al conflicto. En este caso sucede lo contrario. La misma difícil situación. Similar historia de desengaño y desamor (incluyendo la difícil infancia de la protagonista y sus carencias afectivas). Pero el desenlace es otro. La niña nace.
El resultado es una película de muy dura factura (la historia esconde una tragedia) pero con un enorme canto a la esperanza y al amor. Y es que no estamos acostumbrados a que el cine nos muestre a hombres y mujeres buenos. Psicológicamente son mucho más interesantes los personajes complejos y llenos de subterfugios. Por eso llama tanto la atención esta película. Su protagonista masculino es un buen hombre, con todas las letras, que un día tiene un desgraciadísimo accidente que transforma su vida; hasta que llega otro en el que un incidente sin importancia la redime por completo y logra trasnformarla. En comparación, el personajes femenino, no tiene ni la mitad de fuerza. Resulta mucho más plano y sin apenas evolución.
Es interesante también los nuevos modelos familiares que plantea (sobre todo viviendo de una comunidad, la latina, que se destaca precisamente por el conservadurismo y la tradición). Manteniendo estos valores, muestra cómo los núcleos familiares están cambiando en todo el mundo (niños adoptados en familias numerosas conviviendo con hijos biológicos; familias monoparentales; e incluso padres (no madres) que eligen serlo sin comañía femenina).
Quizá se le pueda achacar a la historia que lo que lleva al personaje a tomar esa decisión que cambiará su vida no es el amor sino su propio sentimiento de culpabilidad. Queda esa duda que deberá resolver cada uno.